viernes, 24 de noviembre de 2017

Bajo la luz de las estrellas.

Negar el sueño de un niño es como contemplar una estrella solo observable a través de un telescopio y, tras retirar la vista de la lente, decir: Esa estrella no existe. Así pues, la diferencia entre el mundo del niño y el mundo del adulto no es la estrella, sino el telescopio.” 
Pablo Arribas
Quien no ha querido volver a ser un niño?? Sin complicaciones, solo sueños, sin tener miedo a nada, atreviéndose a todo. Ridículo?? Que es el ridículo decían? Simplemente actuaban por impulsos, por amor a lo que hacían.
Límites?? Que son los límites?? Que niño tenía algún límite!?? (A parte de lo que marcan los papis claramente) pero a la hora de soñar??? Siempre sueñan a lo grande sin importar lo que pudiesen decir los demás, simplemente apuntaban alto.
Que ocurre?? A medida que crecemos vamos adquiriendo el conocimiento de que esos sueños que teníamos eran más complicados de lo que pensábamos, y muchos ni siquiera se atrevían a intentarlo, no se atrevían a luchar por sus sueños. Puede que en el camino hacia sus sueños, no consiguieran la cima, pero el echo de estar haciendo lo que te apasiona, a pesar de no alcanzar tus objetivos, toda la pasión  que le echas en cada cosa que amas es lo que te mantiene vivo y lo que diferencia a tener una vida plena.
Luego vienen las sobreexigencias, donde me incluyo de pleno, y quien me conoce sabe que me encuentro en este dichoso pack.
Por mucho que te apasione algo, estas son capaces de anularlo, de romperte en mil pedazos y sentirte inferior. Nunca estás satisfecho con tu trabajo y crees que por mucho que te esfuerces, tus sueños quedan lejos, pero aún así sigues intentándolo. Pero a medida que lo intentas temes perder, temes el fracaso, el que puedan pensar o decir los demás, a que todo esto no sirva de nada. Pero vamos a ser sinceros, en el momento que haces lo que te apasiona, que disfrutas haciendo lo que haces sin obligaciones ni ataduras, ya has conseguido un mundo. En pocas palabras, esto te aporta felicidad.
Muchas veces me repiten que las cosas tienen que ser en su medida, ni muy muy bueno, ni muy muy malo. Ni el pasotismo es bueno ni las sobreexigencias son buenas.
Pero.. me gustaría saber como dejo de ser así conmigo misma, porque aunque se que ese es mi gran problema y que muchas veces me come por dentro y se que si sigo así nunca voy a ser feliz y a disfrutar realmente de la vida.
Quiero saber como cambiar ese perfeccionismo que me lleva por dentro y no me deja ser del todo feliz...
Alguien tiene alguna respuesta...??
Texto: Toia Pérez


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